lunes, 4 de junio de 2012

¿Podría contagiarse la valentía?




Es probable que, muchos, en algún momento de nuestra vida sintamos el deseo evanescente de luchar contra una determinada injusticia, una opresión o simplemente por tus propios valores; esos que a diario permanecen olvidados víctimas de la opresión mediática-catastrofista que nos ofrecen la diversidad de medios convencionales. Quizá, en el momento de florecer, cuando aprietas los puños y te sientes capaz de plantar cara a la situación algo o alguien apoya su mano sobre tu hombro, haciéndote ver el absurdo de la lucha que estabas dispuesto a emprender. Y puede que fuera así. Tan sólo un arrebato cargado de indignación que te llevó a pensar por un momento en ser capaz de cambiar la dinámica de una situación, por la que crees que nadie más alzará la voz dejando de ese modo la tuya desentonar en solitario. No vale la pena-piensas-.
Pero y si fuera al contrario. Que sucedería si esa mano apoyada en tu hombro estuviera tan cargada de valor que te transmitiera su valentía; y si a ella se sumaran muchas más manos que, en un estallido, decidieran que aunque nada cambie al menos la lucha cobrará sentido por defender los valores propios; y si perdiéramos el miedo a doblegarnos ante la dificultad….

Hoy quiero rendir homenaje al “rebelde desconocido”, apodo que se le atribuyó a un hombre anónimo que tras la matanza protagonizada por la República China en la Plaza de Tiananmen en 1989, tuvo la valentía de enfrentarse a un ejército a bordo de tanques militares. Sin lugar a dudas creyó en luchar por defender sus valores ante la injusticia.

jueves, 31 de mayo de 2012

UN POCO MÁS CERCA


Puede que esté más cerca de lo que podamos imaginar, incluso de que ya nos haya invadido por completo recorriendo nuestro subconsciente debido a las deprimentes informaciones que nos bombardean a diestro y siniestro con contundencia, tratando de aniquilar las pasajeras esperanzas que a diario florecen cerca de nosotros mismos.

El agotamiento colectivo se desgarra con mayor fuerza. La oleada de despropósitos ,comandada por miembros de un Gobierno tan inepto como su propia oposición, despelleja con suma firmeza a un pueblo hastiado y fatigado, pero no rendido. Definitivamente no lo estamos. La abominable gestión y el encubrimiento premeditado de quienes nos conciencian a vivir en el aciago momento que nos encontramos no encuentra fronteras físicas. Nunca lo hará. Sin embargo, a fuego lento pero incandescente, se comienza a gestar el cambio. Un cambio cada vez más palpable, que implicará a aquellos que decidan dar un paso al frente y alejarse de titulares en prensa o manipulaciones enviadas desde una pantalla. El cambio está próximo y a buen seguro que fulminará con su luz a agoreros y saqueadores que hoy nos pretenden gobernar aprovechando una ignorancia inducida que ya toca su fin.
Cada día, siento con mayor fuerza que ese despertar de un nuevo amanecer aparecerá con los primeros rayos de sol del alba por llegar...

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Bienvenidos!



Mi nombre es Iván Mora y si has decidido entrar en mi Web, es que por un momento te has interesado por mi obra, te la han recomendado o simplemente ha sido por error con lo cual, aún te encuentras a tiempo de abandonarla, puesto que el tiempo es el bien más preciado con el que contamos y al que a veces no le prestamos la suficiente importancia o no sabemos de qué manera aprovecharlo.
Si aún continúas aquí, eres bienvenido. Como decía, el tiempo es el bien más preciado con el que contamos en nuestra vida y el que sólo nosotros decidimos como utilizar, aprovechar o malgastar. Cualquiera de las mencionadas opciones que a diario todos elegimos, son siempre por decisión propia, simplemente por lo que nos apetece hacer o lo que sentimos que debemos hacer en ese instante y de ese modo, dedicamos el tiempo requerido a desarrollarlo, o a desperdiciarlo, enviándolo al limbo de una manera irrecuperable. Pero lo utilices de un modo u otro siempre será así, la diferencia es que el tiempo que podamos emplear en ciertas cosas u otras llegará a saciar nuestras inquietudes, dependiendo del grado de creencia que tengamos en lo que hacemos, o puede que abran una brecha más profunda en todas ellas. Sólo nosotros elegimos una de las dos opciones.
Después de esto te podría decir que nací en Alicante un 14 de Mayo del 83, pero seguramente eso sólo te sirva para desperdiciar unos segundos más de ese tiempo que jamás volverás a recuperar, con una información totalmente irrelevante y que no variará nada en ningún aspecto de tu vida. También podría decirte que soy escritor, aunque seguramente ya lo sabrás, recientemente he publicado mi primera novela El Último Atlante. Novela en la cual he decidido invertir parte de ese tiempo, que nunca volveré a recuperar. Quizás la inversión de ese tiempo me haya servido para calmar mis propias inquietudes reflejadas en papel, todos los escritores queremos que nuestras obras se vean publicadas, que aparezcan en las mejores librerías y se vendan muchos ejemplares para rentabilizar ese tiempo dedicado a ellas y poder volver a invertir más en continuar escribiendo. Seguramente sea así. Pero también cabe la posibilidad de escribir para uno mismo, de sentir la necesidad de dedicar tu tiempo en hacerlo, de entrelazar historias desfragmentando tu propia alma otorgándosela en diferentes proporciones a todos y cada uno de los personajes que nacen en la obra, dotándolos de diferentes versiones de ti mismo. Seguramente yo sienta la necesidad como individuo de hacerlo, creyendo ciegamente en lo que hago, una y otra vez. La necesidad de invertir el tiempo en ello indiferentemente de a quién o adónde llegue lo escrito, pero siempre con la satisfacción de que el tiempo empleado en ello habrá sido siempre la mejor inversión que jamás podré haber realizado.